Comprensión de las Estructuras y Relaciones del Mundo Petrolero entre los años 1900 y 1950; Por Guillermo Martínez Vílchez
Evolución de la Estructura y las Relaciones del Mundo Petrolero entre los años 1900 y 1950
Desde el punto de vista histórico, se puede decir que el petróleo ha sido considerado un elemento energético fundamental para el sistema económico mundial; en lo particular, para la vida industrial y el desarrollo socio-político de los Estados. En este marco, si bien es cierto que los descubrimientos iniciales de pozos comerciables son situados en EE.UU. en el ocaso del siglo XIX, el planeta daría un giro en el año 1910, cuando Gran Bretaña tomó la decisión en que los barcos de la Royal navy dejarían de utilizar carbón y comenzarían a consumir petróleo (Cortés, 2015).
Sobre la base del desarrollo de
estos acontecimientos, las estructuras del mundo energético comenzarían a
transformarse progresivamente. En lo específico, si se toma en cuenta que para
la época Gran Bretaña se consideraba uno de los mayores productores de carbón,
aunque sin disponer de reservas conocidas en lo referente a su propio
territorio. Pero, entonces, a partir de este momento se da inicio a una fase en la que se comienza a concebir el petróleo
como elemento energético fundamental, frente al carbón; una situación que al
final planteó una transformación en las interacciones y relaciones económicas,
productivas, comerciales y políticas a nivel mundial realmente significativa (Cortés,
2015).
A continuación, se pasará a presentar de manera esquemática y
sistémica la evolución de la primera mitad del siglo XX; en lo específico,
haciendo especial referencia a la configuración del mundo petrolero, que emerge
en una época cargada de importantes acontecimientos. En este sentido, un
aspecto esencial para comprender la dinámica económica y política a nivel
global deberá hacer referencia obligada a los actores centrales del escenario
general, y que en este caso de investigación se enfocan en las labores que
serían llevadas a cabo por las grandes industrias petroleras y su rol en el
establecimiento de un modelo de interacciones económicas específico. Por estas
razones, en las lineas que siguen se procurará profundizar en torno al tema y
desplegar algunas consideraciones teóricas generales que, en cuanto al impacto
político, podrían aportar algunas luces para su comprensión.
El rol estratégico del petróleo en los comienzos del mundo del siglo XX
El lugar que desempeñará el petróleo en las relaciones
internacionales en los albores del siglo XX, en una gran parte de la literatura,
se encuentra asociado a la producción que comienza a tener lugar en los Estados
Unidos de América, en donde la reglamentación de la producción así como la
comercialización de esta actividad se coloca en el tapete de las principales
discusiones, ante la conciencia que empezaba a despertar con el manejo de un
combustible que tendría un valor militar y civil relevante (Puyana, 2015).
En este sentido, en los comienzos
de la era del petróleo aunque inicilamente no estuvieran configurados mercados
globales tal como se conocen, se trataría
de la gestación de un momento en el el auge de un recurso energético
transformaría las estructuras de la economía, en lo que podría ser catalogado
como una segunda resvolución industrial, que modificaría los modelos
tradicionales de concebir el transporte y la industria, que introduciría la era
de la mecanización y del consumo de las masas, así como el desarrollo de
procesos productivos nuevos (Puyana, 2015).
Con
la consolidación de ese esquema de transformaciones de las estructuras de las
relaciones económicas internacionales, se hace evidente que el petróleo
comienza a adquirir una relevancia militar necesaria para la concreción de
programas políticos, económicos y hasta de naturaleza estratégica para los
Estados desarrollados.
En el caso de Estados Unidos, Francia y Reino
Unido, al ser importadores netos en los inicios del siglo XX, sustituyendo el
carbón por el petróleo en sus economías, este último se convertiría en un
aspecto central para la configuración de su política exterior. En este marco,
la búsqueda por controlar las reservas de crudo, y ejercer dominio en cuanto a
las fases de su producción y procesiamiento se convirtió en un factor clave de
Estado, en parte resultado de los requerimientos que se hacían desde el punto
de vista militar para asegurar el equilibrio del sistema internacional, así
como de las demandas que eran formuladas por las sociedades, que se encontraban
insertas en una era industrializada, con un mercado emergente donde el consumo
masivo empezaba a tener lugar (Puyana, 2015).
Por estas razones emerge un
período en donde el oro negro se convertía en un recurso clave para poder
asegurar el control mundial. De modo que, en las consideraciones que hacen
algunos autores, se trataría de una época naciente en la que el petróleo
tendría que ser considerado como una mercancía globalizada, desplegada en los
confines de un mercado oligopólico.
Según Puyana (2015) se puede decir
que entre los años que van de 1859 a 1973 las condiciones que mergieron
establecieron una trayectoria oligopólica del mercado petrolero. Precisamente,
considerando el valor estratégico y civil del recurso, el control de su
producción, el transporte y el procesamiento se constituyó en una política
pública esencial, que no fue relegada del todo al control exclusivo de las
fuerzas del mercado. De esta manera,
El petróelo fue un intercambio siempre regulado, ya por el monopolio privado de Rockefeller, que hacia 1880 controlaba el 90% de todas las refinerías estadounidenses y otro tando del transporte y la prudcción con su emporio de la producción (Estados Unidos producía entonces el 85% del crudo mundial) (…) ya por instituciones estatales, como la Texas Raildroad Commission (RRC), ya por prácticas y acuerdos de las grandes empresas del ramo, cada una organizada en total integración vertical y cuotas de mercado (Puyana, 2015: 27).
Pero un aspecto relevante a
destacar es que con la primera perforación de petróelo efectuada en Tusville,
Pensilvania en 1859, se dio comienzo a la configuración de unas estructuras
económicas hegemónicas en el ámbito petrolero en donde a partir de la
explotación de los hidrocarburos, se dio pauta al establecimiento de un esquema
de “cartelización del mercado petrolero” y que se mantuvo vigente hasta la
irrupción de la Opep en losaños setenta, con la cual se establece un nuevo
marco regulativo del mercado petrolero internacional.
En los comienzos de las
actividades referidas al comercio petrolero los gobiernos de los Estados que
entraban en la categoría de modelos desarrollados de países optaron por
entregar esta actividad en manos del mercado libre. La relevancia del motor de
combustión representó un impulso a la industria automotríz, en el incremento de
la producción masiva, en conjunto con la automatización de los procesos, dando
apertura a la época de la energia (Puyana, 2015).
Por
sus beneficios, como se señaló en acápites previos, el petróleo fue incorporado
en sustitución del carbón, en una primera fase en embarcaciones comerciales de
gran tamaño, y ya para el año 1920 es asimilado como el combustible de la
industrial militar de los Estados potencias, entre los cuales se incluínan
Francia, Reino Unido, y Estados Unidos, siendo este último el único de los países
que disponía de petróelo en su terriotio; lo que plantearía la posesión de este
recurso como un arma de poder (Puyana, 2015).
En
este sentido, para el momento histórico que se examina, será un rasgo
caracteristico la prevalencia de relaciones de naturaleza conflictiva, en razón
de la adquisión del petróleo, situado en su mayoría en países en vías al
desarrollo. Además que la relación entre la garantía del suministro del recurso
y la preservación de la seguridad nacional se transformaba en un elemento clave,
que no podía ser relegado a las interacciones del libre comercio (Puyana,
2015).
Precios del petróleo (1861-1970)
Fuente: Puyana (2015)
Al respecto, en este contexto
histórico, un caso que salió a relucir fue el de Gran Bretaña. Sobre ello
relata Puyana (2015) como Churchill se
encargó de sostener una iniciativa ante el Parlamento de ese país, para que se autorizara
al Gobierno a aquirir las acciones mayoritarias de la empresa Persian Oil
Company. No obstante, se trató de un permiso que sería otorgado finalmente en
el año 1914 que creará la Anglo Persian Oil Company, un tipo de empresa de
naturaleza pública que se denominaría British Petroleum. Posterior, algunos
Estados como Noruega, España, Holanda, Suecia, Polonia e Italia y Francia,
tomarían como referencias estas acciones emprendidas por el gobierno británico,
constituyendo sus propias empresas públicas, por medio de las cuales fuese
posible asegurar el suministro del recurso.
De esta forma, el establecimiento
de estructuras institucionales reguladoras con poder y esquemas
oligopolísiticos establecían reglas y patrones de actuación en las que
confluían intereses de naturaleza económica y política, como en el caso de la
Texas Railroad Commission, con un especial ejercicio de su influencia en la
generación de precios internacionales del crudo.
De acuerdo con una
aproximación teórica que hace Jesús Mora Contreras (2000) en una publicación de
un artículo que lleva por título “El poder de las grandes empresas petroleras
1900-1950”, se puede decir que este autor hace una periodificación del
desarrollo de las estructuras y relaciones del mundo petrolero, a partir de las
actividades de exploración y producción, destacando la participación de los
principales actores que tuvieron protagonismo en la esfera internacional sobre
la base de la posesión del vital recurso.
Contreras
(2000) refiere que se puede estudiar la evolución de la actividad petrolera en
el siglo XX haciendo alusión a tres momentos: a) De 1900 – 1950; b) de 1950-
hasta 1989 y c) de 1989 en adelante. Al respecto, el autor sostiene que cada
etapa referida se caracteriza “porque uno de los tres agentes del juego
petrolero internacional –Empresas, propietarios del recurso natural no
renovable y consumidores-impone a los otros dos, las reglas y procedimientos de
regulación de las actividades de exploración y producción del petróleo”
(p.153). Pero se trata de la imposición de unas reglas que no sólo son
propiamente expresión de la ley, sino que se ubican en un plano tácito de un
juego de relaciones de naturaleza económica y de poder político.
Sobre
la base de esos primeros supuestos, entonces, Contreras hace la precisión en
que el período que va de 1900 a 1950 es una fase donde el poder de las grandes
empresas y corporaciones sale a relucir. De modo que, considerando que la
perspectiva de esta investigación asimila un enfoque de naturaleza sistémica,
en donde la comprensión de los hechos refiere la necesidad de comprender a un
todo compuesto de partes y al mismo tiempo un examen de estas últimas por
separado, se debe tener presente que en esta primera fase prevaleció la
actuación de las grandes compañías en la configuración de las relaciones del
mundo petrolero.
Al
respecto, se tiene que decir que “durante los primeros cincuenta años del siglo
XX, las grandes corporaciones petroleras internacionales impusieron las reglas
y procedimientos de regulación de las actividades de exploración y producción
de petróleo a los propietarios del recurso natural y a los consumidores” (Contreras,
2000:157). En efecto, ese modelo de ejercicio de influencia y poder se expresó
al final en la configuración de preceptos de naturaleza económica y legal en
razón del otorgamiento de concesiones y normas petroleras, así como en esquemas
de actuación política empleados para lograr que los propietarios del recurso
concedieran contratos a empresas petroleras determinadas.
En
esta línea, como también llega a referir el profesor Mazhar Al-Shereidah (s/f)
en su artículo “aproximación a la comprensión del mundo petrolero”, para
asimilar el “gran juego del petróleo” conviene examinar los principales
atributos del Medio Oriente, territorio sumergido en contradicciones, que al
final de cuentas contribuye a la búsqueda de otros actores por hacerse del
vital recurso, que se despliegan en una fase en la que prevalece el monopolio
de industrias petroleras. De modo que la búsqueda por la consolidación de un
poder hegemónico que facilite el control de la oferta de petróleo se hará en el
marco de un auge de las grandes compañías, que buscarán hacerse del control de
las distintas etapas de la producción de los hidrocarburos.
La hegemonía de las siete hermanas
De acuerdo a una investigación que
hace Puyana (2015) se puede decir que desde 1928 un conjunto de 28 compañías
transnacionales, asociadas de una manera no formal en el “Internacional
Petroleum Cartel” se planteó el establecimiento de los precios bajo un modelo
oligopólico del crudo que era generado fuera de EE.UU. sobre la base de los
siguientes principios, a) la normativización en conjunto de la producción, b)
el establecimiento de cuotas y de espacios para la distribución de productos
que eran derivados del crudo; c) la valoración de precios para el crudo
generado en EE.UU. en el sistema Golf Plus, d) así como también el descarte de
las áreas fundamentales de producción a las compañías que no formaban parte del
cartel.
Las siete hermanas
Con la concreción del acuerdo de
Achnacarry el 17 de septiembre de 1928 aumentaría la influencia del cartel de
la Golf Plus, en el que los miembros de esta asociación formularían algunos
preceptos que darían orden al plan de acción de los objetivos reales de EE.UU.
Básicamente en estos preceptos se buscaba reducir a toda costa la competencia y
suprimir la “sobreproducción”, así como también dividir mercados y establecer
precios. En este sentido, el efecto inmediato se reflejó en la obstaculización
en los procesos de desarrollo de la producción de aquellos campos de menor
costo, situados en su mayoría en Medio Oriente. Pero se trata de un plan de
acción que alcanzó objetivos tangibles que se vieron reflejados en medidas que
lograron que se pudiera ofertar el petróleo a un precio estándar en el
escenario internacional (Puyana, 2015).
En
este contexto, emergen las denominadas “Siete Hermanas”, las cuales ejercen un
fuerte control en el “International Petroleum Cartel”. Básicamente se trata de
un total de siete firmas que dominaron las relaciones económicas y la
definición de la política petrolera entre los años 1940 y 1973. En este período
de tiempo establecieron los precios en un sistema planteado para suprimir las
grandes diferencias en costos de exploración y producción, así como en términos
de eficiencia entre las áreas que se convertían en fuentes centrales de
suministro, EE.UU y Medio Oriente (Puyana, 2015).
Las
siete hermanas promovieron la compaginación del mercado global, planteando una
ventaja a las transnacionales de gran tamaño y logrando suprimir las
diferencias de los costos que eran generados entre los yacimientos menos
grandes situados en zonas como Medio Oriente o en USA. Además que servía como
un esquema para promover el proteccionismo de la producción estadounidense. De
modo que, se trataba de un cartel que dominaba la exploración y el desarrollo
de la comercialización del recurso, fijando precios por debajo de los costos
(Puyana, 2015).
Fuente:
Puyana (2015)
En
este orden de ideas, es importante referir que la influencia de los carteles en
el mercado internacional se encontró reflejada en una política que estuvo
enfocada durante el período en estabilizar y fijar los precios. Sin embargo, se
percibió una reducción luego de 1917. Justo el elemento que llamó el interés es
que se mantuvieron los precios bajos aun cuando los niveles de demanda de
petróleo se incrementaría en dos momentos claves, que eran la Primera y la
Segunda Guerra Mundial.
Algunas consideraciones
especiales en torno a Medio Oriente
Al
respecto, en esta fase caracterizada por el poder las grandes empresas
petroleras, Contreras (2000) hará un análisis particular de los modelos de
concesiones que, en términos de la comercialización del petróleo, se efectuaban
en el Medio Oriente. En este marco, la institucionalidad jurídica y económica
que normaba las interacciones entre las empresas y los propietarios en la
región básicamente podría reducirse a los fundamentos que establecían esas
mismas concesiones. Dichas concesiones planteaban desde el manejo de
extensiones de territorio de gran tamaño por distintas compañías, concediendo
prerrogativas exclusivas, en la totalidad de las fases necesarias para la
consolidación de la industria petrolera, hasta la flexibilización de
obligaciones fiscales (Contreras, 2000).
Para
demostrar el modelo prevaleciente durante esta etapa en los países de Medio
Oriente, en el ejercicio de sus funciones como propietarios públicos de los
recursos situados en sus territorios, una investigación a detalle presentada
por Contreras muestra que las concesiones fueron otorgadas en exclusiva a
empresas extranjeras. A continuación, se pasa a hacer un recuento de estos
supuestos:
En
el caso del Gobierno de Irán, Contreras refiere en que este Estado concedió al
ciudadano de origen británico Wiliam Knox D´ Arcy en el año 1901 la primera concesión;
mientras que posteriormente en el año 1933 replantearía esa misma concesión con
la “Anglo Persian Oil Company Limited” una empresa mixta británica, también en
1935 con la “Anglo Iranian Oil Company (AIOC) y finalmente en 1954 con British
Petroleum.
Por
su parte, en el caso del gobierno de Iraq, Contreras (2000) muestra que este
país ofreció su primera concesión a la empresa “Turkish Petroleum Company” en
el año 1925; así como también a la compañía “Iraq Petroleum Company Limited” en
1929. Del mismo modo en que Arabia Saudí también se incluyó en esta lista de
países, al ofrecer una concesión en torno a la actividad petrolera en 1933 a la empresa Standard Oil of
California, de origen estadunidense. Posteriormente, incorporaría a otra
compañía americana, llamada Texaco, para establecer en 1944 la “Arabian
American Oil Company” (Aramco); mientras que incorporaría también a las
empresas Socony y Jersey.
Como
otro modelo relevante a ser considerado, nos comenta Contrerás (2000) merece
una atención los lineamientos que fueron
efectuados por el Gobierno de Kuwait, el cual otorgó una concesión a la
compañía “Kuwait Oil Corporation Limited” en el año 1934. En el caso del
Gobierno de Bahrain, se sabe que este facilitó la concesión a la Bahrain
Petroleum Company. Mientras que para el caso de Qatar, este Estado otorgaría
una concesión petrolera a la AIOC en el año 1935, que se trataba de una
compañía británica mixta.
Sobre la base de esta realidad, como
sostiene Contreras (2000), “representados por sus gobiernos, los consumidores
finales de los países europeos industrializados tuvieron interés económico
indirecto en que esas concesiones se otorgaran a las empresas en las que sus
gobiernos eran propietarios de acciones” (pg. 160). Esa parece haber sido la
tendencia prevaleciente en el caso de los consumidores estadounidenses, quienes
llegaron a manifestar insistencia en que ciertas concesiones se facilitaran a
compañías en las cuales el capital privado del país tuviera alguna
participación importante.
En
este sentido, nos comenta el autor antes citado que un rasgo prominente en el
sistema de relaciones del mundo petrolero imperante en esta época será
manifiesta en la tendencia en el comportamiento de los países industrializados
por buscar la satisfacción de sus intereses de naturaleza económica, sobre la
base de estrategias que promovían presiones en la dimensión diplomática.
Para
presentar algunas estimaciones, Mikdashi (1966) citado por Contreras (2000)
refiere como el hallazgo de petróleo en las antiguas concesiones otorgadas en
Medio Oriente tomó aproximadamente un lapso de cuatro años. Justo esa velocidad
demostraría al mundo de esa época los beneficios desde el punto de vista
geológico de la mínima profundidad que poseían los descubrimientos de estos
yacimientos de hidrocarburos en la región. De esta forma, según el autor
inicialmente citado, el Medio Oriente para 1938 contribuía con cerca del 15%
del total de las reservas estimadas.
Sobre
la base de este contexto, Contreras (2000) manifiesta que los productos y el
crudo refinado que eran producidos en los Estados pertenecientes al Medio
Oriente tuvieron como lugar de destino en una gran escala Europa Occidental.
Sin embargo, es importante destacar que para el año 1900 se manejaba desde un
punto de vista regional un consumo de energía de naturaleza muy variable,
aunque inflexible también. No obstante, a eso de 1925 todavía para Europa
Occidental en el índice del consumo total de energía el carbón tenía una
representación del 96%.
Pero
los cambios en estas tendencias se fueron generando cuando se comenzaron a
efectuar hallazgos relevantes de reservas en materia de hidrocarburos, del
mismo modo en que se colocaron en práctica soluciones a dificultades que
guardaban relación con el medio de transporte; lo que significó un avance
fundamental, porque con ello se lograba incrementar el nivel de posibilidades
para colocar a disposición combustible a fin de poder cubrir la demanda de
múltiples regiones. Básicamente, se trata de cambios que surgen como un efecto
del desarrollo de actividades de tipo económicas y que se encuentran vinculadas
a un tipo de combustible (gasolina), en sustitución del carbón (Contreras,
2000).
De
esta manera,
Poco a poco, el modelo
fue pasando a ser entonces cada vez más flexible. A medida que la confianza
regional en el carbón declinaba en diferentes grados, en esa misma medida
crecía la dependencia de cada región en los hidrocarburos. En petróleo, por
ejemplo, cambios cuantitativos importantes de largo plazo se registraron en
Europa Occidental. En 1925, el petróleo representó 3% del total de energía
consumida en esa región, pero en 1950 su participación había crecido hasta 14%.
Europa Occidental consumió en 1925 8,5% del total mundial de petróleo y en 1950
11% (Damstadter, 1971 citado por Contreras, 2000: 163)
De acuerdo con Cortés (2015), un conjunto
destacado de confilctos históricos de naturaleza internacional podrían haber sido explicados en razón de los
enfrentamientos entre factores de poder por el control de los recursos, entre
los que se puede contar el cabón y el petróleo; en lo particular, cuando se
trataba de una época de la consolidación del sistema capitalista y el
desarrollo de un modelo de sociedad prominentemente occidental que fundamentaba
todos sus procesos esenciales sobre la base de este tipo de energias. De esta
forma,
Regiones como el Sarre, Alsacia, Lorena, México, Sudán, Oriente Medio (OM), el estrecho de Malaca, Colombia, Afganistán, el Cáucaso, etc. ricas en recursos energéticos o siendo ´arterias´ por donde circula el petróleo, se asocian rápidamente a conflictos que han marcado el devenir del sistema internacional. La importancia de estos recursos energéticos les otorga un valor gesoestratégico importantísimo, y marca de manera explícita e implícita la política exterior de gran número de estados, sean consumidores o productores (Cortés, 2015: 14).
Para comprender la estructura del
mundo petrolero y la interacción sistémica entre sus actores fundamentales en
esta fase histórica no sólo implica emprender un estudio en términos geopolíticos, sino que el rol del
petróleo en las relaciones internacionales obliga a sostener un análisis desde
una perspectiva “geoeconómica” para incrementar los niveles de comprensión.
En este orden, con relación a este
último concepto se deben establecer las distinciones de las cuales parte Cortés
(2015), como categoría de análisis que ha servido en el campo de la Economía
Política y las Relaciones Internacionales, para una comprensión del poder.
Sobre la base de estas
consideraciones, es necesario partir de la distinción entre la geoeconomía, y
la geopolítica. Al respecto, la primera se puede definir como “el estudio de
los impactos varios de las políticas económicas de los estados así como el
impacto de los factores estructurales, cíclicos y situacionales tanto a nivel
internacional como regional”(Gagné,2007 citado por Cortés, 2015:27). Mientras
que la segunda comprende “el estudio de la relación interactiva entre las
políticas de los estados, su relación con otros estados y el contexto geográfico”(Gagné,2007,
citado por Cortés,2015:27), elemento que en palabras de Eckert (2008) significa
la “espacialización de la política”.
En este marco, el autor siguiendo
las consideraciones que hace Gagné (2007) sostiene en términos geoeconómicos
que el poder:
No es sólo determinado por el área de superficie del territorio, tamaño de la población o capacidades militares, sino también por las capacidades industriales, el acceso y control de los recursos naturales, las finanzas, control de la tecnología y la estabilidad de las instituciones políticas (Gagné, 2007 citado por Cortés, 2015:24).
Fuente: Contreras (2000)
CONSIDERACIONES Y CONCLUSIONES GENERALES:
El modelo de estructuras y
relaciones del mundo petrolero en el período que comprende los años que van de
1900 a 1950 es un sistema naciente, en el que el régimen de concesiones que
dirigió a la industria petrolera transmitió plena autonomía de actuación a las
grandes compañías expertas en la actividad, al mismo tiempo dificultando las
capacidades de los Estados que fungían como principales propietarios del
recurso (Puyana, 2015).
En términos generales, se
trata de hacer una primera aproximación a los agentes fundamentales que
intervienen en un modelo con prevalencia de concesiones. Sin embargo, cuando el
enfoque se vuelca hacia la dimensión de los consumidores, en esta etapa de la
configuración de las estructuras y las relaciones del mundo petrolero, se debe
hacer la salvedad en que ellos también manifestaron un interés de naturaleza,
no sólo económico, sino también de tipo político, para consolidar formas y
relaciones de poder.
De esta forma, los distintos gobiernos de la época concedían
a las compañias el privilegio exclusivo de llevar a cabo los procesos de
exploración, desarrollo, producción y comercialización en una zona determinada
y por un lapso de tiempo específico. A partir de lo cual la empresa se
apropiaba de la adquisicion de la propiedad de las reservas, con la posibilidad
libre de disponer de ellas según sus proferencias.
Sobre
la base de estos preceptos, la estrategia de tipo política buscaba alcanzar que
se otorgaran concesiones petroleras a las compañías de determinados países con el propósito de asegurar el suministro de
petróleo en contextos de paz, pero en particular ante situaciones de
inestabilidad mundial, en las que la disposición de la energía se transformaba
en un asunto de seguridad nacional y de preservación de las sociedades. Posterior a los años 50 se puede
decir que la estructura del mundo petrolero comienza a experiementar cambios profundos.
Nuevos actores ingresan al sistema de interacciones de la dimensión
internacional, impregnando de nuevos rasgos y formas de actuación a la
industria petrolera.
Bibliografía:
Al-Shereidah, Mazhar (s/f) “Aproximación a la comprensión del mundo petrolero”.
Contreras, Jesús (2000) “El poder de las grandes empresas petroleras: 1900-1950.”
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[en línea] Disponible en: https://bit.ly/3mPvvvL
Cortés, Hernán (2015) El petróleo como recurso de poder
e instrumento de política exterior a partir de la noción del poder estructural
de Susan Strange.
Venezuela en Post Guerra Fría. Tesis Doctoral. Universitat Autonoma de
Barcelona. España. [en línea] Disponible en: https://bit.ly/33Rxet4
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Puyana de Palacios, Alcia (2015) La economía petrolera en un mercado politizado y global: México y
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Ruiz
García, Enrique (1982). “La
Estrategia Mundial del Petróleo. Una Teoría del Poder, Una Teoría de la
Dependencia”. México D.F. Editorial Nueva Imagen.



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