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Comprensión de las Estructuras y Relaciones del Mundo Petrolero entre los años 1900 y 1950; Por Guillermo Martínez Vílchez

 

Evolución de la Estructura y las  Relaciones del Mundo Petrolero entre los años 1900 y 1950

Desde el punto de vista histórico, se puede decir que el petróleo ha sido considerado un elemento energético fundamental para el sistema económico mundial; en lo particular, para la vida industrial y el desarrollo socio-político de los Estados. En este marco, si bien es cierto que los descubrimientos iniciales de pozos comerciables son situados en EE.UU. en el ocaso del siglo XIX, el planeta daría un giro en el año 1910, cuando Gran Bretaña tomó la decisión en que los barcos de la Royal navy dejarían de utilizar carbón y comenzarían a consumir petróleo (Cortés, 2015).

Sobre la base del desarrollo de estos acontecimientos, las estructuras del mundo energético comenzarían a transformarse progresivamente. En lo específico, si se toma en cuenta que para la época Gran Bretaña se consideraba uno de los mayores productores de carbón, aunque sin disponer de reservas conocidas en lo referente a su propio territorio. Pero, entonces, a partir de este momento se da inicio a una fase  en la que se comienza a concebir el petróleo como elemento energético fundamental, frente al carbón; una situación que al final planteó una transformación en las interacciones y relaciones económicas, productivas, comerciales y políticas a nivel mundial realmente significativa (Cortés, 2015).

 


A continuación, se pasará a presentar de manera esquemática y sistémica la evolución de la primera mitad del siglo XX; en lo específico, haciendo especial referencia a la configuración del mundo petrolero, que emerge en una época cargada de importantes acontecimientos. En este sentido, un aspecto esencial para comprender la dinámica económica y política a nivel global deberá hacer referencia obligada a los actores centrales del escenario general, y que en este caso de investigación se enfocan en las labores que serían llevadas a cabo por las grandes industrias petroleras y su rol en el establecimiento de un modelo de interacciones económicas específico. Por estas razones, en las lineas que siguen se procurará profundizar en torno al tema y desplegar algunas consideraciones teóricas generales que, en cuanto al impacto político, podrían aportar algunas luces para su comprensión.

 

El rol estratégico del petróleo en los comienzos del mundo del siglo XX

 

El lugar que desempeñará el petróleo en las relaciones internacionales en los albores del siglo XX, en una gran parte de la literatura, se encuentra asociado a la producción que comienza a tener lugar en los Estados Unidos de América, en donde la reglamentación de la producción así como la comercialización de esta actividad se coloca en el tapete de las principales discusiones, ante la conciencia que empezaba a despertar con el manejo de un combustible que tendría un valor militar y civil relevante (Puyana, 2015).

 

En este sentido, en los comienzos de la era del petróleo aunque inicilamente no estuvieran configurados mercados globales tal como se conocen, se trataría  de la gestación de un momento en el el auge de un recurso energético transformaría las estructuras de la economía, en lo que podría ser catalogado como una segunda resvolución industrial, que modificaría los modelos tradicionales de concebir el transporte y la industria, que introduciría la era de la mecanización y del consumo de las masas, así como el desarrollo de procesos productivos nuevos (Puyana, 2015).

 

            Con la consolidación de ese esquema de transformaciones de las estructuras de las relaciones económicas internacionales, se hace evidente que el petróleo comienza a adquirir una relevancia militar necesaria para la concreción de programas políticos, económicos y hasta de naturaleza estratégica para los Estados desarrollados.

 

 En el caso de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, al ser importadores netos en los inicios del siglo XX, sustituyendo el carbón por el petróleo en sus economías, este último se convertiría en un aspecto central para la configuración de su política exterior. En este marco, la búsqueda por controlar las reservas de crudo, y ejercer dominio en cuanto a las fases de su producción y procesiamiento se convirtió en un factor clave de Estado, en parte resultado de los requerimientos que se hacían desde el punto de vista militar para asegurar el equilibrio del sistema internacional, así como de las demandas que eran formuladas por las sociedades, que se encontraban insertas en una era industrializada, con un mercado emergente donde el consumo masivo empezaba a tener lugar (Puyana, 2015).

 


Por estas razones emerge un período en donde el oro negro se convertía en un recurso clave para poder asegurar el control mundial. De modo que, en las consideraciones que hacen algunos autores, se trataría de una época naciente en la que el petróleo tendría que ser considerado como una mercancía globalizada, desplegada en los confines de un mercado oligopólico.

 

Según Puyana (2015) se puede decir que entre los años que van de 1859 a 1973 las condiciones que mergieron establecieron una trayectoria oligopólica del mercado petrolero. Precisamente, considerando el valor estratégico y civil del recurso, el control de su producción, el transporte y el procesamiento se constituyó en una política pública esencial, que no fue relegada del todo al control exclusivo de las fuerzas del mercado. De esta manera,

El petróelo fue un intercambio siempre regulado, ya por el monopolio privado de Rockefeller, que hacia 1880 controlaba el 90% de todas las refinerías estadounidenses y otro tando del transporte y la prudcción con su emporio de la producción (Estados Unidos producía entonces el 85% del crudo mundial) (…) ya por instituciones estatales, como la Texas Raildroad Commission (RRC), ya por prácticas y acuerdos de las grandes empresas del ramo, cada una organizada en total integración vertical y cuotas de mercado (Puyana, 2015: 27).


Pero un aspecto relevante a destacar es que con la primera perforación de petróelo efectuada en Tusville, Pensilvania en 1859, se dio comienzo a la configuración de unas estructuras económicas hegemónicas en el ámbito petrolero en donde a partir de la explotación de los hidrocarburos, se dio pauta al establecimiento de un esquema de “cartelización del mercado petrolero” y que se mantuvo vigente hasta la irrupción de la Opep en losaños setenta, con la cual se establece un nuevo marco regulativo del mercado petrolero internacional.

                      

En los comienzos de las actividades referidas al comercio petrolero los gobiernos de los Estados que entraban en la categoría de modelos desarrollados de países optaron por entregar esta actividad en manos del mercado libre. La relevancia del motor de combustión representó un impulso a la industria automotríz, en el incremento de la producción masiva, en conjunto con la automatización de los procesos, dando apertura a la época de la energia (Puyana, 2015).

           

            Por sus beneficios, como se señaló en acápites previos, el petróleo fue incorporado en sustitución del carbón, en una primera fase en embarcaciones comerciales de gran tamaño, y ya para el año 1920 es asimilado como el combustible de la industrial militar de los Estados potencias, entre los cuales se incluínan Francia, Reino Unido, y Estados Unidos, siendo este último el único de los países que disponía de petróelo en su terriotio; lo que plantearía la posesión de este recurso como un arma de poder (Puyana, 2015).

 

         En este sentido, para el momento histórico que se examina, será un rasgo caracteristico la prevalencia de relaciones de naturaleza conflictiva, en razón de la adquisión del petróleo, situado en su mayoría en países en vías al desarrollo. Además que la relación entre la garantía del suministro del recurso y la preservación de la seguridad nacional se transformaba en un elemento clave, que no podía ser relegado a las interacciones del libre comercio (Puyana, 2015).

                                               Precios del petróleo (1861-1970)

                                                            Fuente: Puyana (2015)


        Al respecto, en este contexto histórico, un caso que salió a relucir fue el de Gran Bretaña. Sobre ello relata Puyana (2015)  como Churchill se encargó de sostener una iniciativa ante el Parlamento de ese país, para que se autorizara al Gobierno a aquirir las acciones mayoritarias de la empresa Persian Oil Company. No obstante, se trató de un permiso que sería otorgado finalmente en el año 1914 que creará la Anglo Persian Oil Company, un tipo de empresa de naturaleza pública que se denominaría British Petroleum. Posterior, algunos Estados como Noruega, España, Holanda, Suecia, Polonia e Italia y Francia, tomarían como referencias estas acciones emprendidas por el gobierno británico, constituyendo sus propias empresas públicas, por medio de las cuales fuese posible asegurar el suministro del recurso.

 

De esta forma, el establecimiento de estructuras institucionales reguladoras con poder y esquemas oligopolísiticos establecían reglas y patrones de actuación en las que confluían intereses de naturaleza económica y política, como en el caso de la Texas Railroad Commission, con un especial ejercicio de su influencia en la generación de precios internacionales del crudo.

 

De acuerdo con una aproximación teórica que hace Jesús Mora Contreras (2000) en una publicación de un artículo que lleva por título “El poder de las grandes empresas petroleras 1900-1950”, se puede decir que este autor hace una periodificación del desarrollo de las estructuras y relaciones del mundo petrolero, a partir de las actividades de exploración y producción, destacando la participación de los principales actores que tuvieron protagonismo en la esfera internacional sobre la base de la posesión del vital recurso.

 

Contreras (2000) refiere que se puede estudiar la evolución de la actividad petrolera en el siglo XX haciendo alusión a tres momentos: a) De 1900 – 1950; b) de 1950- hasta 1989 y c) de 1989 en adelante. Al respecto, el autor sostiene que cada etapa referida se caracteriza “porque uno de los tres agentes del juego petrolero internacional –Empresas, propietarios del recurso natural no renovable y consumidores-impone a los otros dos, las reglas y procedimientos de regulación de las actividades de exploración y producción del petróleo” (p.153). Pero se trata de la imposición de unas reglas que no sólo son propiamente expresión de la ley, sino que se ubican en un plano tácito de un juego de relaciones de naturaleza económica y de poder político.

 

Sobre la base de esos primeros supuestos, entonces, Contreras hace la precisión en que el período que va de 1900 a 1950 es una fase donde el poder de las grandes empresas y corporaciones sale a relucir. De modo que, considerando que la perspectiva de esta investigación asimila un enfoque de naturaleza sistémica, en donde la comprensión de los hechos refiere la necesidad de comprender a un todo compuesto de partes y al mismo tiempo un examen de estas últimas por separado, se debe tener presente que en esta primera fase prevaleció la actuación de las grandes compañías en la configuración de las relaciones del mundo petrolero.

 

Al respecto, se tiene que decir que “durante los primeros cincuenta años del siglo XX, las grandes corporaciones petroleras internacionales impusieron las reglas y procedimientos de regulación de las actividades de exploración y producción de petróleo a los propietarios del recurso natural y a los consumidores” (Contreras, 2000:157). En efecto, ese modelo de ejercicio de influencia y poder se expresó al final en la configuración de preceptos de naturaleza económica y legal en razón del otorgamiento de concesiones y normas petroleras, así como en esquemas de actuación política empleados para lograr que los propietarios del recurso concedieran contratos a empresas petroleras determinadas.

 

En esta línea, como también llega a referir el profesor Mazhar Al-Shereidah (s/f) en su artículo “aproximación a la comprensión del mundo petrolero”, para asimilar el “gran juego del petróleo” conviene examinar los principales atributos del Medio Oriente, territorio sumergido en contradicciones, que al final de cuentas contribuye a la búsqueda de otros actores por hacerse del vital recurso, que se despliegan en una fase en la que prevalece el monopolio de industrias petroleras. De modo que la búsqueda por la consolidación de un poder hegemónico que facilite el control de la oferta de petróleo se hará en el marco de un auge de las grandes compañías, que buscarán hacerse del control de las distintas etapas de la producción de los hidrocarburos.  

 

La hegemonía de las siete hermanas

            De acuerdo a una investigación que hace Puyana (2015) se puede decir que desde 1928 un conjunto de 28 compañías transnacionales, asociadas de una manera no formal en el “Internacional Petroleum Cartel” se planteó el establecimiento de los precios bajo un modelo oligopólico del crudo que era generado fuera de EE.UU. sobre la base de los siguientes principios, a) la normativización en conjunto de la producción, b) el establecimiento de cuotas y de espacios para la distribución de productos que eran derivados del crudo; c) la valoración de precios para el crudo generado en EE.UU. en el sistema Golf Plus, d) así como también el descarte de las áreas fundamentales de producción a las compañías que no formaban parte del cartel.

 

                                                         Las siete hermanas

           

            Con la concreción del acuerdo de Achnacarry el 17 de septiembre de 1928 aumentaría la influencia del cartel de la Golf Plus, en el que los miembros de esta asociación formularían algunos preceptos que darían orden al plan de acción de los objetivos reales de EE.UU. Básicamente en estos preceptos se buscaba reducir a toda costa la competencia y suprimir la “sobreproducción”, así como también dividir mercados y establecer precios. En este sentido, el efecto inmediato se reflejó en la obstaculización en los procesos de desarrollo de la producción de aquellos campos de menor costo, situados en su mayoría en Medio Oriente. Pero se trata de un plan de acción que alcanzó objetivos tangibles que se vieron reflejados en medidas que lograron que se pudiera ofertar el petróleo a un precio estándar en el escenario internacional (Puyana, 2015).

           

            En este contexto, emergen las denominadas “Siete Hermanas”, las cuales ejercen un fuerte control en el “International Petroleum Cartel”. Básicamente se trata de un total de siete firmas que dominaron las relaciones económicas y la definición de la política petrolera entre los años 1940 y 1973. En este período de tiempo establecieron los precios en un sistema planteado para suprimir las grandes diferencias en costos de exploración y producción, así como en términos de eficiencia entre las áreas que se convertían en fuentes centrales de suministro, EE.UU y Medio Oriente (Puyana, 2015).

 

Las siete hermanas promovieron la compaginación del mercado global, planteando una ventaja a las transnacionales de gran tamaño y logrando suprimir las diferencias de los costos que eran generados entre los yacimientos menos grandes situados en zonas como Medio Oriente o en USA. Además que servía como un esquema para promover el proteccionismo de la producción estadounidense. De modo que, se trataba de un cartel que dominaba la exploración y el desarrollo de la comercialización del recurso, fijando precios por debajo de los costos (Puyana, 2015).

 

                               Fuente: Puyana (2015)

 

En este orden de ideas, es importante referir que la influencia de los carteles en el mercado internacional se encontró reflejada en una política que estuvo enfocada durante el período en estabilizar y fijar los precios. Sin embargo, se percibió una reducción luego de 1917. Justo el elemento que llamó el interés es que se mantuvieron los precios bajos aun cuando los niveles de demanda de petróleo se incrementaría en dos momentos claves, que eran la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

 

Algunas consideraciones especiales en torno a Medio Oriente

 

Al respecto, en esta fase caracterizada por el poder las grandes empresas petroleras, Contreras (2000) hará un análisis particular de los modelos de concesiones que, en términos de la comercialización del petróleo, se efectuaban en el Medio Oriente. En este marco, la institucionalidad jurídica y económica que normaba las interacciones entre las empresas y los propietarios en la región básicamente podría reducirse a los fundamentos que establecían esas mismas concesiones. Dichas concesiones planteaban desde el manejo de extensiones de territorio de gran tamaño por distintas compañías, concediendo prerrogativas exclusivas, en la totalidad de las fases necesarias para la consolidación de la industria petrolera, hasta la flexibilización de obligaciones fiscales (Contreras, 2000).

 

Para demostrar el modelo prevaleciente durante esta etapa en los países de Medio Oriente, en el ejercicio de sus funciones como propietarios públicos de los recursos situados en sus territorios, una investigación a detalle presentada por Contreras muestra que las concesiones fueron otorgadas en exclusiva a empresas extranjeras. A continuación, se pasa a hacer un recuento de estos supuestos:

 

En el caso del Gobierno de Irán, Contreras refiere en que este Estado concedió al ciudadano de origen británico Wiliam Knox D´ Arcy en el año 1901 la primera concesión; mientras que posteriormente en el año 1933 replantearía esa misma concesión con la “Anglo Persian Oil Company Limited” una empresa mixta británica, también en 1935 con la “Anglo Iranian Oil Company (AIOC) y finalmente en 1954 con British Petroleum.

 

Por su parte, en el caso del gobierno de Iraq, Contreras (2000) muestra que este país ofreció su primera concesión a la empresa “Turkish Petroleum Company” en el año 1925; así como también a la compañía “Iraq Petroleum Company Limited” en 1929. Del mismo modo en que Arabia Saudí también se incluyó en esta lista de países, al ofrecer una concesión en torno a la actividad petrolera  en 1933 a la empresa Standard Oil of California, de origen estadunidense. Posteriormente, incorporaría a otra compañía americana, llamada Texaco, para establecer en 1944 la “Arabian American Oil Company” (Aramco); mientras que incorporaría también a las empresas Socony y Jersey.

 

Como otro modelo relevante a ser considerado, nos comenta Contrerás (2000) merece una atención los lineamientos  que fueron efectuados por el Gobierno de Kuwait, el cual otorgó una concesión a la compañía “Kuwait Oil Corporation Limited” en el año 1934. En el caso del Gobierno de Bahrain, se sabe que este facilitó la concesión a la Bahrain Petroleum Company. Mientras que para el caso de Qatar, este Estado otorgaría una concesión petrolera a la AIOC en el año 1935, que se trataba de una compañía británica mixta.

 

           Sobre la base de esta realidad, como sostiene Contreras (2000), “representados por sus gobiernos, los consumidores finales de los países europeos industrializados tuvieron interés económico indirecto en que esas concesiones se otorgaran a las empresas en las que sus gobiernos eran propietarios de acciones” (pg. 160). Esa parece haber sido la tendencia prevaleciente en el caso de los consumidores estadounidenses, quienes llegaron a manifestar insistencia en que ciertas concesiones se facilitaran a compañías en las cuales el capital privado del país tuviera alguna participación importante.

 

En este sentido, nos comenta el autor antes citado que un rasgo prominente en el sistema de relaciones del mundo petrolero imperante en esta época será manifiesta en la tendencia en el comportamiento de los países industrializados por buscar la satisfacción de sus intereses de naturaleza económica, sobre la base de estrategias que promovían presiones en la dimensión diplomática.

Para presentar algunas estimaciones, Mikdashi (1966) citado por Contreras (2000) refiere como el hallazgo de petróleo en las antiguas concesiones otorgadas en Medio Oriente tomó aproximadamente un lapso de cuatro años. Justo esa velocidad demostraría al mundo de esa época los beneficios desde el punto de vista geológico de la mínima profundidad que poseían los descubrimientos de estos yacimientos de hidrocarburos en la región. De esta forma, según el autor inicialmente citado, el Medio Oriente para 1938 contribuía con cerca del 15% del total de las reservas estimadas.

 

Sobre la base de este contexto, Contreras (2000) manifiesta que los productos y el crudo refinado que eran producidos en los Estados pertenecientes al Medio Oriente tuvieron como lugar de destino en una gran escala Europa Occidental. Sin embargo, es importante destacar que para el año 1900 se manejaba desde un punto de vista regional un consumo de energía de naturaleza muy variable, aunque inflexible también. No obstante, a eso de 1925 todavía para Europa Occidental en el índice del consumo total de energía el carbón tenía una representación del 96%.

 

Pero los cambios en estas tendencias se fueron generando cuando se comenzaron a efectuar hallazgos relevantes de reservas en materia de hidrocarburos, del mismo modo en que se colocaron en práctica soluciones a dificultades que guardaban relación con el medio de transporte; lo que significó un avance fundamental, porque con ello se lograba incrementar el nivel de posibilidades para colocar a disposición combustible a fin de poder cubrir la demanda de múltiples regiones. Básicamente, se trata de cambios que surgen como un efecto del desarrollo de actividades de tipo económicas y que se encuentran vinculadas a un tipo de combustible (gasolina), en sustitución del carbón (Contreras, 2000).

De esta manera,

Poco a poco, el modelo fue pasando a ser entonces cada vez más flexible. A medida que la confianza regional en el carbón declinaba en diferentes grados, en esa misma medida crecía la dependencia de cada región en los hidrocarburos. En petróleo, por ejemplo, cambios cuantitativos importantes de largo plazo se registraron en Europa Occidental. En 1925, el petróleo representó 3% del total de energía consumida en esa región, pero en 1950 su participación había crecido hasta 14%. Europa Occidental consumió en 1925 8,5% del total mundial de petróleo y en 1950 11% (Damstadter, 1971 citado por Contreras, 2000: 163)

     De acuerdo con Cortés (2015), un conjunto destacado de confilctos históricos de naturaleza internacional  podrían haber sido explicados en razón de los enfrentamientos entre factores de poder por el control de los recursos, entre los que se puede contar el cabón y el petróleo; en lo particular, cuando se trataba de una época de la consolidación del sistema capitalista y el desarrollo de un modelo de sociedad prominentemente occidental que fundamentaba todos sus procesos esenciales sobre la base de este tipo de energias. De esta forma,

Regiones como el Sarre, Alsacia, Lorena, México, Sudán, Oriente Medio (OM), el estrecho de Malaca, Colombia, Afganistán, el Cáucaso, etc. ricas en recursos energéticos o siendo ´arterias´ por donde circula el petróleo, se asocian rápidamente a conflictos que han marcado el devenir del sistema internacional. La importancia de estos recursos energéticos les otorga un valor gesoestratégico importantísimo, y marca de manera explícita e implícita la política exterior de gran número de estados, sean consumidores o productores (Cortés, 2015: 14).

Para comprender la estructura del mundo petrolero y la interacción sistémica entre sus actores fundamentales en esta fase histórica no sólo implica emprender un estudio  en términos geopolíticos, sino que el rol del petróleo en las relaciones internacionales obliga a sostener un análisis desde una perspectiva “geoeconómica” para incrementar los niveles de comprensión.

En este orden, con relación a este último concepto se deben establecer las distinciones de las cuales parte Cortés (2015), como categoría de análisis que ha servido en el campo de la Economía Política y las Relaciones Internacionales, para una comprensión del poder.

Sobre la base de estas consideraciones, es necesario partir de la distinción entre la geoeconomía, y la geopolítica. Al respecto, la primera se puede definir como “el estudio de los impactos varios de las políticas económicas de los estados así como el impacto de los factores estructurales, cíclicos y situacionales tanto a nivel internacional como regional”(Gagné,2007 citado por Cortés, 2015:27). Mientras que la segunda comprende “el estudio de la relación interactiva entre las políticas de los estados, su relación con otros estados y el contexto geográfico”(Gagné,2007, citado por Cortés,2015:27), elemento que en palabras de Eckert (2008) significa la “espacialización de la política”.

En este marco, el autor siguiendo las consideraciones que hace Gagné (2007) sostiene en términos geoeconómicos que el poder:

 

No es sólo determinado por el área de superficie del territorio, tamaño de la población o capacidades militares, sino también por las capacidades industriales, el acceso y control de los recursos naturales, las finanzas, control de la tecnología y la estabilidad de las instituciones políticas (Gagné, 2007 citado por Cortés, 2015:24).



                                      Fuente: Contreras (2000)



CONSIDERACIONES Y CONCLUSIONES GENERALES:

 

El modelo de estructuras y relaciones del mundo petrolero en el período que comprende los años que van de 1900 a 1950 es un sistema naciente, en el que el régimen de concesiones que dirigió a la industria petrolera transmitió plena autonomía de actuación a las grandes compañías expertas en la actividad, al mismo tiempo dificultando las capacidades de los Estados que fungían como principales propietarios del recurso (Puyana, 2015).

 

En términos generales, se trata de hacer una primera aproximación a los agentes fundamentales que intervienen en un modelo con prevalencia de concesiones. Sin embargo, cuando el enfoque se vuelca hacia la dimensión de los consumidores, en esta etapa de la configuración de las estructuras y las relaciones del mundo petrolero, se debe hacer la salvedad en que ellos también manifestaron un interés de naturaleza, no sólo económico, sino también de tipo político, para consolidar formas y relaciones de poder.

 

De esta forma, los distintos gobiernos de la época concedían a las compañias el privilegio exclusivo de llevar a cabo los procesos de exploración, desarrollo, producción y comercialización en una zona determinada y por un lapso de tiempo específico. A partir de lo cual la empresa se apropiaba de la adquisicion de la propiedad de las reservas, con la posibilidad libre de disponer de ellas según sus proferencias.

 

Sobre la base de estos preceptos, la estrategia de tipo política buscaba alcanzar que se otorgaran concesiones petroleras a las compañías de determinados países  con el propósito de asegurar el suministro de petróleo en contextos de paz, pero en particular ante situaciones de inestabilidad mundial, en las que la disposición de la energía se transformaba en un asunto de seguridad nacional y de preservación de las sociedades. Posterior a los años 50 se puede decir que la estructura del mundo petrolero comienza a experiementar cambios profundos. Nuevos actores ingresan al sistema de interacciones de la dimensión internacional, impregnando de nuevos rasgos y formas de actuación a la industria petrolera.

Bibliografía:


Al-Shereidah, Mazhar (s/f) “Aproximación a la comprensión del mundo petrolero”.

Contreras, Jesús (2000) “El poder de las grandes empresas petroleras: 1900-1950.” Investigación Económica, vol. LXII: 241. Julio-septiembre, pp. 153-183.

[en línea] Disponible en: https://bit.ly/3mPvvvL

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Ruiz García, Enrique (1982). “La Estrategia Mundial del Petróleo. Una Teoría del Poder, Una Teoría de la Dependencia”. México D.F. Editorial Nueva Imagen.





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